Ese día amaneció nublado/el presidente toma su puesto y se defiende a balazos/habla a todas las ciudades dice que no dejará su lugar/ni ninguno de los rostros de operarios, peones, niños y mujeres puestos en él/NO y NO, que lo maten/Los aromos subían por las paredes/era un olor a primavera de Chile/se oian sollozos interminables desde los barrios pobres./Y grandes risotadas desde los otros lados. - Pepe Cuevas
Septiembre rojo
suenan los fusiles y tanques
las balas caen
en 37 años
mas el silencio que inunda
cuando lo sacan muerto
las voces que gritan, callan
y
la libertad se retuerce en la tierra
el aire lleno de pólvora
mientras parchan nuestras bocas
mientras nos destrozan el corazón
los sentimientos no valen
entre tanto general
la cegués en el ojo
los libros hechos cenizas
mi ideal
el olor a cuerpo en el mapocho
¿Cuántas crucen cargan algunos en sus espaldas?
¿Cuantas quedan en las iglesias?
miles
los sueños que caducaron
en las manos de los ricos
los que tienen los bolsillos llenos
y las manos sucias
el fin
el hambre en la pobla
los hijos de los Padres Desaparecidos rezan
escuchando la voz irónica en las radios
la dicta-blanda que mata
el pan solo
mirando a los mártires que cuelgan en mi pared.
Un reloj dejó de avanzar en mi brazo
la garganta la libero en las calles
el miedo que me impide avanzar
lo fusilo
y mi opinión
se levanta
el sin fin de emociones
la gente se arruya
los grandes que callaron
aplauden con sus costillas deshechas
miles nacemos
la euforia
la libertad nos rompe algunas cadenas
el recuerdo reflejado en la frente
persisto
las lágrimas secas continúan inmobiles en mis mejillas.
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